Subsecretaria de Ciencia sobre igualdad de género: “Tenemos múltiples evidencias de que la calidad del conocimiento es mejor cuando tenemos equipos mixtos”
En el marco de un evento universitario sobre la participación de mujeres en investigación, Carolina Torrealba presentó los lineamientos de la política de igualdad de género que impulsa el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación.
25 Septiembre 2020
Un reciente informe de ONU Mujeres señala que en América Latina y el Caribe las mujeres representan el 35% de quienes estudian carreras de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), con Chile y El Salvador como los países con mayor disparidad al alcanzar solamente el 17% de los egresados de estos campos. La subrepresentación de las mujeres se observa también posteriormente en el ámbito laboral y puestos de liderazgo.
“Tenemos una tremenda segregación que a estas alturas ya no nos sorprende”, dice Carolina Torrealba, Subsecretaria de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación al inicio de su intervención en el seminario “El rol de las mujeres en la investigación”, organizado por la Universidad Andrés Bello.
Para corregir estas brechas, el Ministerio está construyendo una política de igualdad de género que, según indica Torrealba, se sustenta en un principio de justicia en relación a que todas las niñas y niños del país “tengan las mismas posibilidades de desarrollar sus talentos en aquellas disciplinas a las que se sientan llamados a participar, y no por la norma que define para qué deberíamos ser buenos o no”.
Esta política se define también en términos de eficiencia. “No podemos desaprovechar a la mitad de la población por una historia cultural de la cual no somos responsables, pero sí tenemos el mandato de cambiar”, sostiene Torrealba. Asimismo, afirma que “tenemos múltiples evidencias de que hoy día la calidad del conocimiento finalmente es mejor cuando tenemos equipos mixtos”.
De acuerdo a estos principios es que esta política de igualdad de género en ciencia, tecnología, conocimiento e innovación (CTCN) sería “absolutamente indispensable”. El camino hacia concretarla se inicia con el lanzamiento de una hoja de ruta en enero de este año, que marca el horizonte hacia un sistema de generación de conocimiento sin brechas de género.
Construcción colectiva
“Queremos gatillar colectivamente un punto de inflexión, y para eso necesitamos muchas personas”, agrega la autoridad ministerial en relación a la elaboración participativa de esta política que busca ser un marco para el diseño de instrumentos y políticas públicas, y una guía para los entornos académicos.
Junto con el desarrollo de mesas participativas, toma de datos y análisis cualitativos, se nombró también un Consejo de Igualdad de Género en CTCI interdisciplinario para canalizar este trabajo que posteriormente se someterá a una consulta pública. Con esto, se busca entregar un documento final en enero de 2021.
El plan de acción que contempla esta iniciativa se centra en tres áreas, la primera de ellas la institucionalidad. “El Ministerio va a tener en sus engranajes un sistema de monitoreo de datos de información en CTCI desagregada por género y por regiones, para que sepamos cómo se están distribuyendo los recursos, quiénes están desarrollando el conocimiento y en qué condiciones”, dice Carolina Torrealba, anunciando la creación de un observatorio de datos de género en CTCI.
Un segundo eje dice relación con una mayor participación y acceso de mujeres en el sistema científico-tecnológico. Entre otras acciones, junto a la ANID han modificado una gran cantidad de instrumentos para garantizar medidas de igualdad. El tercer ámbito de acción tiene que ver con la comunicación y visibilización del liderazgo de mujeres y la generación de espacios “en los cuales las mujeres puedan colonizar áreas tradicionalmente masculinizadas”, puntualiza Torrealba.
Diversidad en ciencia
El seminario “El rol de las mujeres en la investigación” también contó con la participación de Carla Fardella, doctora en psicología social, académica de la Facultad de Educación y Ciencias Sociales de la Universidad Andrés Bello e investigadora del Centro Núcleo Milenio Autoridad y Asimetrías de Poder.
“La organización de la ciencia es una construcción realizada en la ausencia de las mujeres, o al menos con una participación minoritaria y subordinada”, dice la investigadora, planteando la existencia de un sesgo que no permite avanzar hacia una ciencia sostenible, que beneficie a todos. “Porque no es universal, porque no incorpora la producción de conocimiento de todas las esferas vitales, y porque estamos enfrentando una norma que usa un referente que es la mitad de la población”, señala.
De esta forma, propone avanzar hacia una dinámica más heterogénea: “La ciencia diversa es mejor. Una ciencia homogénea nos reduce el pool de respuestas y de pensamientos posibles para abordar los problemas. Un funcionamiento científico diverso y heterogéneo no solo nos abre más oportunidades sino que nos permite pensar el futuro de otra forma, permitiendo a las comunidades científicas expandirse en condiciones de justicia, de igualdad y democracia”.